viernes, 27 de abril de 2007

SORAYA


La cantante Soraya Arnelas hace frente a las declaraciones de Oleg, un joven ruso de diecisiete años de edad que asegura haber mantenido un romance con ella. Desde que se inició en el mundo del espectáculo, la cacereña ha sido protagonista de diversas polémicas nunca relacionadas con su arte. Un esplendor que lejos de quedar aplastado por la cacareada envidia de ciertos individuos, continúa imparable con una gira que se iniciará el próximo día once en Totana (Murcia) y que ya cuenta con más de treinta conciertos firmados. Su testimonio es tan o más desencantador que su peculiar y nadafavorecedor vestuario panderetero, emulando el chaquetón oloroso que vestía el desaparecido Josmar en sus míticas actuaciones enCrónicas Marcianas, y que revolucionó incluso a un Jordi González por aquel entonces presentador de Moros y Cristianos. Lejos de desconocer la corta pero intensa trayectoria de la cantante, Oleg siguió con interés y calentura los movimientos enérgicos y cuasi provocadores que la Arnelas realizaba sobre el escenario de Operación Triunfo. Así lo hacía saber entre sus amistades... Más bien sintió cumplir su excitante deseo de conocer en persona a la artista que revoloteaba en sus húmedos sueños. El ruso quedó obnubilado por la pasión mitómana que ledespertó Soraya, pues sufrió un enamoramiento inusual, irrefrenable eimaginario que terminó con una fabulación idéntica a la que un día padeció Ana Obregón con Alberto de Mónaco. Inventó, desbarró y creyó. No existió el aireado y casi televisado coito, ni tan siquiera un tocamiento esperanzador o preliminar. Hay quien cuenta que entre ellos nunca podría haberlo... No obstante, sí que es cierto que disfrutaron e incluso bailaron al son de la música discotequera de uno de los locales en los que el susodicho ejerce de camarero. Eso sí, estuvieron acompañados por Patricia –amiga de la artista- y varias personas más, que le convidaron, por cierto, a una copiosa comilona en un restaurante, pues no atraviesa por un buen momento económico...
Escama la rapidez con la que se les inmortalizó mientras paseaban por las instalaciones aeroportuarias, pues no es habitual que los fotógrafos y reporteros persigan a la de Valencia de Alcántara. Hace malpensar que pocos días después, el mozalbete haya sacado tajada de unainiciada amistad sin tan siquiera comunicarle la decisión a su aparente “amiga”. Un claroscuro -más claro que oscuro- que permite elucubrar sobre quién de los dos avisó al paparazzo y cuál era su intención...
Además, es totalmente incierto que Soraya Arnelas mantenga una relación sentimental con uno de los bailarines de su espectáculo ya que en la actualidad su corazón no tiene ocupante alguno. El joven al que hizo referencia Oleg está felizmente casado y prefiere mantenerse al margen, pese a que no descarta aclarar judicialmente un embrollo quepuede costarle su matrimonio. Muy al contrario, Soraya ni siquiera ha barajado la posibilidad de interponerle una demanda, ya que sigue muy centrada en su consolidada trayectoria profesional

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